viernes, 25 de enero de 2013

Sócrates

"¡Oh, Sócrates! —dice el sofista—, yo creo que eres justo pero en modo alguno sabio; y me parece que tú mismo lo reconoces al no cobrar retribución alguna por tu conversación. Sin embargo, a nadie entregarías gratuitamente, o por menos de su valor, tu abrigo, tu casa u otra cosa que te pertenezca. Es claro, pues, que si atribuyeras algún valor a tu conversación también por ésta cobrarías una retribución que no fuese inferior a su justo precio. Se te podrá, entonces, llamar justo, ya que no engañas por avidez, pero no sabio, ya que lo que conoces nada vale." "¡Oh, Antifonte! —contesta Sócrates—, nosotros creemos que la hermosura y la sabiduría pueden emplearse igualmente tanto de manera honesta como deshonesta. Si una mujer vende por dinero su belleza a quien se la pide, se la llama prostituta; e, igualmente, a quienes venden su sabiduría por dinero a los que la buscan se los llama sofistas, vale decir «prostitutos». Al contrario, si alguien enseña todo lo bueno que sabe a quienquiera vea bien dispuesto por naturaleza y se convierte en su amigo, creemos que ése cumple con el deber del ciudadano óptimo."

No hay comentarios.:

Publicar un comentario