"En el espacio infinito existen incontables esferas luminosas
y en sus órbitas, giran docenas de pequeñas esferas iluminadas por aquellas. Su
núcleo caliente está cubierto de una corteza dura y fría, en esa corteza, una
película mohosa ha producido seres vivos y pensantes. Esta es la verdad
empírica, lo real, el mundo.
Sin embargo, para un ser que piensa, es una situación precaria vivir en una de
esas incontables esferas, flotando libremente en el espacio ilimitado, sin
saber de dónde viene ni a dónde va, existir como uno de esos innumerables seres
iguales que se amontonan, se empujan y trabajan duramente, sin descanso.
Que nacen y mueren rápidamente, en un tiempo sin principio ni fin”.
Arthur Schopenhauer.
El mundo como voluntad y representación.
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